Todos necesitamos espejos para recordarnos a nosotros mismos quienes somos.

martes, 19 de julio de 2011

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Que ahora ya no me queda nada, que estoy tirada en mi cama, pensando lo que yo fui a tu lado, los mil besos que nos dimos en tu coche cada amanecer, y recuerdo, aquel día, como si fuera ayer, me esperabas con una rosa escondida detrás de tu espalda, en nuestra playa, donde pasábamos las horas viendo como rompían las olas y como el viento se llevaba cada respiro de mi corazón, sentí como se aceleraban mis latidos cuando me entregaste aquello, mis ojos se agrandaron y enseguida te di un beso, tu me cogiste de mi cintura y me diste la media vuelta, me echaste mi pelo a un lado y rodeaste mi delicado cuello y así me pusiste mi regalo más preciado, un collar con nuestra fecha, luego vi tu cara, una lágrima caía lentamente, te pregunte que te pasaba, y me confesaste lo que nunca hubiera querido escuchar, me abrazaste y me dijiste al oído que estabas muy loco por mi y que nunca me dejarías por nada del mundo, que era tu vida, la chica de sus sueños, luego me enseñaste tu billete de ida a Londres, me cogiste de la mano, me juraste amor eterno, me dijiste que volverías, me lo juraste.. Ahora solo me queda creer que todo lo nuestro fue un sueño, un maldito sueño.

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